Lo horrendo, grotesco y desconcertante, lo atrozmente impactante, tambien puede ser bello. Lo verdaderamente importante no es lo que siente el autor, sino lo que este hace sentir al receptor de su obra, que debe ser condicionado de esta manera que su imaginacion sea la que construya el mensaje que transmite la obra, sin necesidad de que el autor lo exprese directamente, si es realmente la obra tiene un solo significado o solo el objetivo de que el receptor imagine. No solo poemas de ambientacion siniestra, sino tambien escenas grotescas, desde crimenes sadicos al terros mas consternador.
domingo, 23 de mayo de 2010
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